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Emprender: la cualidad más valiosa de la economía

¿Qué entiendes por espíritu emprendedor?
Cuando me refiero al espíritu emprendedor considero principalmente el iniciar negocios con la intención de que crezcan hasta ser grandes empresas. Por supuesto, el espíritu emprendedor no se da sólo en la creación de nuevos negocios, sino también en la creación de nuevos proyectos. ¿Te menciono un ejemplo?, poner en marcha el IPADE fue una actividad realmente emprendedora.
Sin embargo, lo que enseño se refiere a negocios con fines de lucro. Yo estudio un aspecto muy parcial del espíritu emprendedor. En Estados Unidos surgen de 500 mil a 700 mil nuevos negocios cada año, pero cerca de 90% son de una familia o una sola persona, me refiero a tiendas de comestibles, salones de belleza, peluquerías, restaurantes con miras a generar ingresos pero sin buscar convertirse en una corporación de gran tamaño ni emplear a muchas personas. Por lo tanto me enfoco al 10% restante que intenta crear negocios que proporcionen empleo a la gente y crecer con miras a convertirse en instituciones de largo plazo.
¿A qué atribuyes este impulso de emprender grandes proyectos que ha modificado la economía mundial y últimamente se ha fortalecido?
El contexto que conozco mejor es el de Estados Unidos. Allí, desde la época de la Revolución Industrial, crecieron cada vez más las economías de escala y la tendencia a fundar grandes instituciones que trabajaran con mucha eficiencia, sobre todo con base en el proceso de manufactura.
En el siglo XX, más en los últimos 25 años, pasamos de ser una economía de manufactura a una basada en el conocimiento. El tipo de negocios creados es distinto, gran parte del valor que generan está en el servicio, más que en el producto y para ello requieren una infraestructura muy diferente.
De hecho, a menudo las grandes compañías se dividen y subcontratan parte del trabajo que hacían antes. Aunque sigan operando las mismas funciones, despiden personal y luego contratan sus servicios para tener la flexibilidad de hacerlo sólo cuando requieren su concurso. Sobre todo en los años ochenta se dividieron algunas de las compañías que figuraban en la lista Fortune de las mil empresas más destacadas y se dio mucho downsizing (adelgazamiento).
Ello dio un gran impulso al espíritu emprendedor. La gente estaba acostumbrada a un empleo seguro en las grandes compañías, pero de pronto, al carecer de él, se vio obligada a ingeniárselas para crear nuevos negocios. En muchos casos siguieron haciendo lo mismo, pero como contratistas externos.
Por otro lado, desde fines del siglo XIX y hasta 1960, las empresas a gran escala realmente dominaron nuestra economía; sin embargo, ahora constituyen una porción mucho menor que los negocios de menor dimensión. Antes, sólo los hijos de las familias pudientes tenían acceso a la educación superior, pero tras la Segunda Guerra Mundial la legislación concedió ese acceso a cualquiera que hubiera estado en la milicia. Al difundirse más, la educación se volvió un fenómeno democrático. A muchas personas que regresaron de la guerra y entraron al sistema educativo no les interesaba trabajar para compañías grandes, sino poner sus propios negocios.
¿Lo anterior provocó un cambio en el centro de gravedad del poder económico?
Es indudable que el centro de gravedad del poder económico ha cambiado por completo a favor de la comunidad, pues la oportunidad de emprender está abierta a todos. En Estados Unidos, el emprendedor contrata a más gente que las corporaciones incluidas en la lista Fortune 1000.
En 1947 Harvard abrió su primer programa de Entrepreneurship, y durante los siguientes 30 años sólo existió un curso. Porque pocos eran los individuos que deseaban instalar su propia empresa. No obstante, a partir de 1980, cuando las grandes corporaciones comenzaron a desmembrarse, el programa ha sido cada vez más solicitado y las posibilidades de éxito quedan al alcance de cualquier persona que, además de una buena idea, tenga los recursos personales para dedicarse a ella y tornarla en realidad.
Para la gente joven se trata del aspecto más prometedor del desarrollo de una carrera y, para el país, representa la fuente no sólo de unas cuantas ideas, sino de la creación de nueva riqueza. Estoy cierta que la mayor cualidad de la economía es una especie de energía: el desarrollo de nuevos conceptos, el acceso al éxito sin importar la clase social a la que se pertenezca, y la capacidad de crear una visión que deje atrás lo que ha sido y se adentre en lo que puede ser.
En el proceso del emprender, ¿cuál ha sido la lección más importante de la última ola tecnológica? ¿Internet? ¿La nueva economía?
La última ola tecnológica me parece muy interesante. Sin embargo, no es posible apostarle al éxito sin contar con un criterio definido sobre lo que se necesita para obtenerlo con base en los fundamentos del negocio que se está considerando iniciar antes de «meterle» dinero.
En cierto sentido la tecnología era un componente subordinado. En realidad, la enorme proliferación de nuevos negocios consistió en la capacidad de distribuir información a gran escala por internet y de aplicar tecnología novedosa. Por lo tanto, gran parte del comercio electrónico estaba constituido por minoristas que dejaron sistemas tradicionales de pedidos y catálogos para pasar a la red mundial como base de distribución; pero cometieron muchos errores. Hicieron creer a los inversionistas que necesitaban invertir más, tener más y más gente, sin importar si el negocio era lucrativo.
De modo que la lección fundamental no provino de la tecnología, sino de que muchísimos negocios construidos sobre esa plataforma no tenían posibilidades reales de llegar a ser lucrativos. Y si uno entiende qué es fundamental para tener márgenes brutos que cubran los costos operativos y luego los generales a fin de ser rentable en algún momento, la consecuencia hubiera sido eliminar los activos que nunca iban a funcionar. Hoy, pienso que la gente está regresando a los fundamentos con la idea de no invertir hasta el último centavo.
¿A qué área tiende la actividad emprendedora, la biotecnología?
Creo que la biotecnología, al igual que la infraestructura de la tecnología de la información, brindará la plataforma para nuevos negocios. Sin embargo, como negocio es mucho más difícil de entender. Para empezar, el plazo entre el inicio de la investigación y la obtención de resultados es más largo. Numerosos productos que proceden de este sector han estado 10 ó 12 años en la fase de preparación y como la mayoría tiene su aplicación en el cuerpo humano, nos preocupa el efecto de algún posible error. Somos muy cautos y contamos con legislación, sobre todo en lo relativo al desarrollo de fármacos y tratamientos, la cual estipula que, además de desarrollar tal producto, es necesario ponerlo a prueba, y ello puede tomar mucho tiempo.
Desde luego que también hay cuestiones significativas de tipo ético en torno a la industria de la biotecnología. Por ejemplo acerca de la clonación o la ingeniería genética, que pueden ir en contra de nuestros valores éticos y espirituales. El asunto es tan delicado que implica no sólo una decisión de negocios; mucha gente intervendrá. Existe una gran polémica entre personalidades que no tienen que ver con los negocios, al menos no desde un primer plano. Al respecto, hasta el Presidente del país tiene algo que decir acerca del tipo de ADN que podría ser parte de una investigación fundamental.
¿Qué clase de negocios te gustaría ver desarrollarse?
A menudo la gente piensa que debe crear algo sofisticado, con tecnología de punta, pero hay muchas oportunidades que se refieren a cosas fundamentales y sencillas. Sigo creyendo que las mejores oportunidades se encuentran en cosas más sencillas y en hacerlas realidad. En mitad de la fiebre de lo más nuevo y grandioso, olvidamos que nuestras necesidades son todavía muy humanas, como distraernos o viajar.
Numerosos aspectos de los negocios son de alta tecnología, como vender boletos para espectáculos, pero la idea fundamental sigue siendo brindar distracción a la gente y facilitarle la forma de hacer una reservación. Se trate de lo que se trate, todavía existe bastante margen para mejorar lo básico, lo fundamental. No me gusta que la gente deje de pensar en cosas simples, pues algunas de esas ideas pueden ser las más interesantes.
Un ejemplo de negocio sencillo y exitoso es el de la compañía llamada «El autobús en el muelle»: utiliza vehículos fabricados durante la Segunda Guerra Mundial ¾ para desembarcar en las playas¾ como autobuses acuáticos para realizar recorridos por Disneyworld, de modo que es posible ver una ciudad desde el agua. Es entretenimiento, pero también es saber utilizar un vehículo viejo y combinarlo con los deseos del turista. Otro caso es Zipcar, que también trata de algo simple: adquirir un coche bajo un esquema de tiempo compartido, cuando el vehículo resulta muy caro para que lo compre una sola persona.
¿Cómo mantener vivo el espíritu emprendedor?
Para estimular el espíritu emprendedor habría que comenzar por construir una cultura donde no haya castigos severos al fracasar y exista otra oportunidad con tal de que se haga lo que se dijo, honradamente y esforzándose.
Es posible fallar por muchas razones que no tienen que ver con el espíritu de emprender. Si una persona se desempeña honestamente pero naufraga, debe tener otra posibilidad de comenzar un negocio distinto. Muchas personas que fracasaron en un proyecto pusieron en marcha otro negocio sin problemas al acudir a los bancos o a los inversionistas, pues eran honestas. Ese es el aspecto cultural que hay que adaptar, a pesar de ser un proceso lento.
En Estados Unidos existe poca preocupación por el fracaso, pues se estimula a la gente a tratar de hacer cosas difíciles; si se tropieza no hay problema, se puede intentar otra vez. En otras culturas, como la europea, no está bien visto fracasar. La gente se decepciona y no recibe una segunda oportunidad.
Mantener vivo el espíritu emprendedora es difícil, me parece que en esto permanece una disyuntiva. ¿Cómo mantenerse con el desafío constante de construir formas nuevas y no aferrarse en preservar las que ya prevalecen? Tal es el reto de cualquier empresa. Yo dejé mi empresa después de cinco años porque ya no me resultaba interesante el trabajo. Hay gente con mayor talento para administrar que para crear; otros son buenos para comenzar algo, pero no para continuarlo. Claro que hay personas buenas para todo, pero son raras. A mí me gusta crear cosas, pero cuando ya están funcionando prefiero acometer algo distinto o desarrollar mi carrera académica en otro ámbito.
¿Es un reto en donde los emprendedores terminan por desembocar en el mismo fin?
Hoy se da una cierta crisis en un ambiente donde todos se conocen y persiguen el mismo fin para hacer que el producto o servicio funcione, se distribuya, ofrezca dividendos y tenga éxito. En Estados Unidos ello podría suponer una oferta pública de acciones, la venta de la corporación. Pero a esas alturas la compañía ha crecido, se ha diversificado y es posible que no todos se conozcan entre sí.
Por ende, es necesario encontrar en el primer grupo a esos personajes que puedan hacer la transición y mantener vivo el espíritu de emprender. Terminar es una parte natural del proceso, de modo que hay que desarrollar mecanismos para mantener vivo el espíritu emprendedor y encontrar los candidatos idóneos que puedan formarse bajo esta mística.
Bill Gates es el ejemplo clásico de un líder que sigue siendo emprendedor y, al mismo tiempo, está alejado de la operación de su compañía. Para eso se apoya en otros colaboradores por medio de la cultura que creó, el centro de estudios que fundó, el tipo de modelo de negocios que brinda y la clase de recompensas que obtiene. No he trabajado en Microsoft, pero a distancia Gates parece capaz de mantener vivo parte del espíritu emprendedor.
En otras compañías es más difícil. Pienso por ejemplo en 3M. La dirección diseña formas para crear, entre el personal de la organización, subgrupos con espíritu emprendedor protegidos de la retroalimentación negativa que surge en una organización grande ante el fracaso. Si esos ocho o diez fracasan, no hay problema, pueden regresar y reintegrarse.
¿Cuáles son las principales diferencias en el proceso de emprender entre la economía estadounidense, de primer mundo, y la mexicana?
La principal diferencia, a la que ya me referí, es que en Norteamérica el espíritu emprendedor ha cobrado enorme ímpetu a resultas de la escisión de las gigantescas corporaciones y de su adelgazamiento, que empezó hace unos 20 años. Incluso las personas que trabajan para compañías grandes son, en cierto sentido, contratistas independientes, con libertad de desplazarse en una sociedad que permite la movilidad, y esto es bueno para el espíritu emprendedor.
Además, hay muchos recursos financieros disponibles de los bancos o capitales de riesgo, aunque la mayoría de los que se obtienen provienen del emprendedor mismo, del ahorro personal, del uso de tarjetas de crédito ¾ en Estados Unidos llegan todos los días por correo y quien lo desee puede acumular hasta 50¾ . Una persona puede cargar su tarjeta de crédito con dos mil o tres mil dólares en facturas y dispone de tiempo para pagarlos. También es posible solicitar en cualquier momento una investigación para ser sujeto de crédito. De modo que hay capital disponible, lo mismo formal que informal, y las sanciones son poco severas.
Parte del sueño americano es la educación, pero creo que también lo es poner en marcha un negocio propio y así integrarse, dejar de ser un inmigrante y tener verdaderamente control. Cada nueva ola de inmigrantes comienza desde el nivel salarial más bajo y en puestos que no exigen estudios. Incluso si el inmigrante es un profesional (muchos de los que han llegado en los últimos 20 años, sea de Vietnam, Corea o el Sureste de Asia, son personas con estudios), al llegar a Estados Unidos no puede trabajar como doctor o abogado y termina realizando las tareas más simples, pero se mueve rápido para brindar educación a sus hijos y, más tarde, los de la primera generación tal vez hasta pongan un negocio propio.
Así que ello es parte de la cultura estadounidense: las facilidades se ponen al alcance de todos y la sociedad es muy comprensiva, aunque es un hecho que la educación está mal distribuida.
Generalmente se piensa en un espíritu emprendedor «masculino», ¿cuál es el peso de las mujeres en la economía actual?
A partir de los años ochenta las mujeres comenzaron a abrir sus propias empresas. Más aún, por cada nuevo negocio iniciado por hombres, ellas pusieron dos. Cada año hay muchas más mujeres que hombres con espíritu emprendedor, pero no tienen acceso a capital. El gobierno intervino a principios de los noventa ¾ pues siempre regula nuestros bancos¾ y promulgó la Ley de Reinversión en la Comunidad, según la cual cierto porcentaje del dinero de un banco debe reinvertirse en la comunidad, y ello incluye a las mujeres y las minorías.
Desde 1990, cuando la ley entró en vigor, los bancos reservan ciertas sumas de sus carteras para ponerlas a disposición de las mujeres y las minorías que haya en una ciudad. De modo que la mujer de empresa puede tener acceso a esos fondos, no así a capital de riesgo.
Quiero resaltar que, desde 1946 hasta 2000, 95% de los negocios fundados estaba en manos de hombres. Podríamos deducir que por eso pocas mujeres participan en la comunidad de negocios, y es verdad, pero también porque apenas a mediados de los años sesenta la mujer pudo entrar a la escuela de negocios, obtener una maestría en administración y participar en grandes negocios. En torno a esta realidad, estoy escribiendo un libro precisamente sobre el acceso de las mujeres al sector del capital de riesgo.
No es absolutamente indispensable contar con capital de riesgo para empezar un negocio grande; de hecho, tal vez 40% de las corporaciones que en Estados Unidos efectúan ofertas públicas de acciones jamás dispuso de capital de riesgo, fueron fundadas por méritos propios, es decir, con un capital que el emprendedor obtuvo, no con capital privado. Pero si no cuentan con un ahorro personal, las mujeres no tienen oportunidad de construir compañías grandes, ni siquiera quienes en los últimos 40 años comenzaron a beneficiarse con la educación superior y a adquirir experiencia de negocios.
¿Existe alguna razón relacionada con el control del poder?
Algunas teorías tratan de explicar el porqué y afirman que se debe a que la mujer no quiere compartir el poder, pues se orienta más a él que el hombre. Así, una emprendedora no invitaría a un socio comercial a ocupar un lugar en el Consejo de Dirección pues, en cierta manera, esa persona pasaría a ser su jefe, y un Consejo siempre tiene mucho que decir.
Otra causa sería la falta de educación adecuada, pues cerca de 70% de las inversiones de riesgo se destinan a la tecnología, y las mujeres, pese a que reciben educación de negocios, obtienen sólo 20% de los títulos profesionales en tecnología. Por lo menos en mi país y desde el punto de vista de la educación tecnológica, la mujer no está preparada para tomar parte en iniciativas emprendedoras de gran crecimiento.
Sin embargo, si repasamos los asuntos relativos al capital humano, al capital social, al ejercicio de poder, encontramos que cierto grupo de mujeres sí tiene grados técnicos, experiencia de negocios, altas aspiraciones y es más de 5%.
Entonces, ¿qué barreras obstaculizan su acceso al capital de riesgo?
La principal es que casi no hay mujeres en el sector. Por ejemplo, en la industria de la tecnología el porcentaje de mujeres que ocupa puestos con capacidad de decisión no es mayor de 8%. La cifra incluye a las socias que toman decisiones de alto nivel, a las directoras ¾ que se ubican abajo, en el siguiente peldaño de la jerarquía administrativa y generan nuevos negocios pero no toman decisiones al respecto¾ , y a las adjuntas que se ubican en los puestos de entrada, tienen a su cargo las investigaciones y están conscientes que deberán ascender.
En realidad, la industria del capital de riesgo creció muy rápido, de modo que el porcentaje de mujeres que hay en él es menor al de 1995. Además, sólo unas 120 de las mujeres con poder de decisión permanecieron en la misma corporación, la mayoría se marchó. Entre la gente que cambió de compañía, muchos hombres pasaron de una empresa a otra dentro del sector, pero si por alguna razón a las mujeres no les gustaba la empresa, abandonaban el sector. Tenemos que indagar si hay algo mal en la forma como opera este sector en relación con las mujeres. ¿No les agrada el modelo para tomar decisiones? ¿No les gusta el horario o el tipo de trabajo?
¿Existe una causa específica?
En principio, el problema es que las mujeres no están en red y en este sector las redes de contacto y el trabajo en red son fundamentales. Casi ningún capitalista de riesgo aceptará sin más un plan de negocios sin conocer al emprendedor o adquirir referencias de él. Sin mujeres en el sector es poco probable que otras mujeres emprendedoras tengan cabida en él. Me parece que, por lo general, las redes trascienden los géneros, pero es más probable que una mujer tenga una red más grande de amigas, que un hombre la tenga de amigos.
Otro aspecto relacionado es que el modelo para tomar decisiones que utiliza el emprendedor eficaz, por lo general se basa en el tipo de éxitos previamente logrados; busca a alguien que se comporte de cierta manera, que tenga determinada clase de experiencia… y todos los modelos de éxito son masculinos.
Anteriormente habías hablado del caso Zipcar.
El caso de Zipcar trata justo de esto. Dos mujeres necesitan obtener capital de riesgo y una de ellas es madre de tres hijos; en el lapso en que los tuvo regresó a su trabajo remunerado, pero un año antes de iniciar la empresa se dedicó a atenderlos de tiempo completo. Uno jamás encontrará a un hombre que ande en busca de cinco millones de dólares y diga: «Ah, por cierto, el año pasado no trabajé».
¿Por qué importa esto? El capitalista de riesgo tiene serias obligaciones con sus inversionistas. Una es garantizar que los emprendedores no sólo estén preparados, sino también comprometidos para estar al pie del cañón hoy, mañana y pasado mañana. Piensa que la mujer tiene otras responsabilidades. Si por alguna razón se presenta una crisis familiar, es ella quien irá a resolverla, no el marido, y eso pondría la inversión en riesgo, porque se confiaría en una persona que tiene otra prioridad.
Cuando todo funciona bien no hay problema, pero si se presenta una situación delicada, sí lo hay. Un problema familiar se convierte en un problema de negocios. Mi responsabilidad como inversionista no es decir: «Te voy a dar una oportunidad», sino asegurar a mis socios, que son pocos: «Voy a invertir en el negocio que tenga las mejores posibilidades de éxito». Y no quiero decir que esto sea discriminatorio, sino que es un problema y que la mujer necesita pensar cómo manejarlo, cómo garantizar a los inversionistas que dará prioridad al trabajo.
Es difícil introducir esto en el plan de estudios de una maestría en Dirección de Empresas, porque los alumnos se resisten a hablar de ello. Pero al menos las mujeres deben reconocerlo y considerar los problemas y cómo se van a presentar respecto a las decisiones, pues va a influir significativamente en su capacidad para obtener capital de riesgo.
En cuanto al libro que escribes, ¿busca promover la actividad emprendedora de las mujeres?
Es un asesoramiento para la mujer que quiere construir un negocio grande. Trata acerca de la educación, la experiencia de negocios que requiere, en qué fase de su vida debe poner en marcha su negocio, y el tipo de infraestructura que debe levantar para apoyarse y garantizar a los inversionistas que está en condiciones de responder. Esto es lo que enseño en Harvard.
La elaboración del libro la comparto con otros cuatro profesores. Aunque hay mucho público para una obra así, en realidad pensamos que el capital de riesgo es un aspecto muy particular del emprender y que el número de mujeres interesadas es muy pequeño. Sin embargo, hay algunas que nos inspiran a hacerlo. El libro está dirigido a ellas, pero también a quienes invierten capital de riesgo, para contribuir a que abran los ojos a las grandes oportunidades que se han estado perdiendo al pensar que la mujer no satisface el modelo establecido para este tipo de inversión.
¿Podrías mencionarnos un aspecto básico de tu texto?
Básicamente el documento dice que las empresarias con éxito en los negocios la pasan mal si se solidarizan con otras mujeres, pues es visto como una debilidad, y que aquellas de la primera generación que tuvieron éxito en los negocios lo deben al hecho de haber asumido un comportamiento masculino. Yo entiendo muy bien tal situación, pues obtuve éxito en los negocios en las décadas de los sesenta y setenta, en gran parte porque la actitud que asumí ante el entorno fue más de hombre que de mujer.
Existe un grupo de mujeres ¾ creo que son cuatro, cuya mayoría no desea que se las identifique como mujeres sino como hábiles líderes de negocios¾ que no recibe tanta publicidad y trabaja arduamente para formar y desarrollar a mujeres más jóvenes en sus empresas.
También hay muchas compañías basadas en el conocimiento, sobre todo en Estados Unidos, con políticas para intentar retener a sus empleadas. Es el caso de casi todas las firmas de consultoría, en donde el conocimiento individual tarda mucho tiempo en desarrollarse y es esencial permitir a la mujer trabajar a tiempo parcial y no viajar si sus hijos son muy pequeños, mediante políticas más favorables para conservarlas. Estas firmas saben que durante un periodo de tres, siete o incluso diez años, la mujer querrá trabajar a tiempo parcial y abstenerse de viajar, pero después querrá regresar.
Harvard da permisos de ausencia por cuestiones familiares, y son las mujeres quienes hacen mayor uso de la prestación. Sabemos que durante el periodo que crían a sus hijos pequeños no pueden investigar ni escribir mucho, así que se les conceden permisos más largos o se les asigna menor número de horas de clase.
En general, las compañías estadounidenses se han percatado de que contratar al personal adecuado y capacitarlo es un proceso costoso y difícil. Una vez que cuentan con él buscan conservarlo y mantenerlo interesado, aun si ello significa tenerlo sólo a medio tiempo o un número determinado de horas. Varias corporaciones y mujeres están haciendo mucho acerca de este asunto, pero me parece que las mujeres más conocidas no lo hacen ahora porque les resulta amenazador.
Por último, ¿cuál es la responsabilidad social del emprendedor?
Desde luego que el emprendedor, la gente de empresa, tiene una responsabilidad social, como todas las personas que intervienen en los negocios. Si los emprendedores crean una institución que da empleo a la gente y presta un valioso servicio al cliente, entonces cumplen una misión social. Pero me parece que tu pregunta se refiere a otra faceta: la de los aspectos personales y la forma como la gente de empresa debe comportarse.
Se trata de un asunto más personal que legal. Existe, claro, un sistema legal que dice qué se puede hacer y qué no, pero es fácil reconocer que muchas personas le prestan muy poca atención o siempre encuentran la forma de romper el espíritu de la ley sin violar su letra. Algunos emprendedores sólo se fijan en las utilidades y lo que se relaciona con ello y, cuando hay mucho dinero en juego, siempre existe la tentación de romper todas las reglas, sean sociales o legales.
En Estados Unidos actualmente enfrentamos una crisis del comportamiento ético de la comunidad de negocios. Hemos puesto demasiado énfasis en los rendimientos financieros y poco en los aspectos que aportan los negocios y el espíritu emprendedor. Sólo se reportan asuntos que interesan al mercado bursátil, cualquier movimiento ascendente o descendente; la dirección de una compañía se mide cada trimestre, incluso cada día, pero sólo en cuanto a los resultados financieros, como diciendo: «nada más importa». Es desafortunado que de ese pequeño porcentaje de personas que violan las normas sociales y legales sea del que oímos hablar, y tanto, que se ha creado una fuerte crisis de confianza en Estados Unidos. Pasará mucho tiempo antes de que la gente se recupere de los sentimientos negativos hacia la comunidad de negocios.
Traducción: Heriberto Rubio

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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