El país de los ciegos y otros relatos
H.G. Wells
Cuentos
El Aleph. Barcelona, 2005. 95 págs.
H.G. Wells
Cuentos
El Aleph. Barcelona, 2005. 95 págs.
Debido principalmente al descuido, confundo a H.G. Wells (Inglaterra, 1866-1946) con George Orwell (Inglaterra, 1903-1950) quien, por cierto, se llamaba Eric Arthur Blair. Varios factores avivan mi confusión: origen de ambos, pasión política y su prosa de ficción y pronósticos narrativos que poco a poco han ido haciéndose verdad.
Ahora nos llegan tres relatos de Wells elegidos y traducidos puntualmente por Javier Cercas, responsable de Soldados de Salamina. Con ellos, el afamado autor de La máquina del tiempo y La guerra de los mundos muestra que tras la ciencia ficción hay mucha más tela de donde cortar.
Wells expandió sus fronteras y muestra con la selección de Cercas que es un auténtico narrador, no sólo un inventor de historias fantásticas. Tras estas historias hay toda una introspección al ser humano y a la sociedad, son una suerte de espejo.
«No escribo esta historia -abre uno de los relatos- con la esperanza de que sea creída, sino con la de preparar una escapatoria para la siguiente víctima, si es que esto es posible».
Oficio y creatividad conspiran para obsequiarnos una cara casi desconocida del novelista y ensayista británico que, ojo, no es el autor de 1984 ni de La rebelión en la granja.
Ahora nos llegan tres relatos de Wells elegidos y traducidos puntualmente por Javier Cercas, responsable de Soldados de Salamina. Con ellos, el afamado autor de La máquina del tiempo y La guerra de los mundos muestra que tras la ciencia ficción hay mucha más tela de donde cortar.
Wells expandió sus fronteras y muestra con la selección de Cercas que es un auténtico narrador, no sólo un inventor de historias fantásticas. Tras estas historias hay toda una introspección al ser humano y a la sociedad, son una suerte de espejo.
«No escribo esta historia -abre uno de los relatos- con la esperanza de que sea creída, sino con la de preparar una escapatoria para la siguiente víctima, si es que esto es posible».
Oficio y creatividad conspiran para obsequiarnos una cara casi desconocida del novelista y ensayista británico que, ojo, no es el autor de 1984 ni de La rebelión en la granja.
