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Creatividad e innovación en Internet

Decir que «el mundo ha cambiado más en el último siglo que en toda la historia anterior» se ha convertido ya en cliché debido a su abuso en ensayos científicos, comerciales, sociales, etcétera. El problema es que es verdad y además, se queda corto
La última década representa el 90% de los avances tecnológicos en las ciencias química, médica, electrónica, informática y en la evolución de la cultura empresarial. El hombre más rico del mundo lo es gracias a una industria que tiene 20 años de edad. Pero los cambios han ocurrido en todos los ámbitos humanos: artes, esquemas sociales, relación gobierno-gobernados, etcétera.
La historia de la humanidad es precisamente la historia de su conquista de la naturaleza. Existen invenciones que nos han acompañado por varios siglos, como el lápiz o la regla de cálculo. El caso de Internet es especial, su desarrollo ha sido sinérgico con la industria de la computación y las telecomunicaciones, y aunque apenas alcanzó la mayoría de edad, ya existen múltiples rumores y mitos acerca de su origen. Por ejemplo, que fue auspiciada buscando una forma de proteger la inteligencia militar durante un ataque nuclear masivo, temor que estaba de moda a mediados de los años 60. La realidad es que, aunque Internet sí es «hija de la guerra fría», en su inicio fue desarrollada exclusivamente como un medio para facilitar la comunicación entre investigadores.

COMUNICACIÓN QUE TRANSFORMA

Internet no va a transformar el mundo. Ya lo está haciendo, y a una velocidad tal que lo habrá cambiado por completo antes de que termine esta generación. Ante esta invención humana surgen preguntas comunes: ¿quién es el «dueño» de Internet?, ¿quién se lleva las ganancias o en su defecto quién paga para que funcione?, ¿cómo se controla?, ¿para qué sirve?, ¿qué puedo y qué no puedo hacer a través de Internet?, ¿cuáles son los beneficios y los daños a los que estoy expuesto?
Existen muchas más preguntas y algunas merecerían un ensayo completo, pero centraremos este artículo en los elementos más sencillos, que brindan un panorama general.
Internet no es un «objeto» en el sentido tangible y perceptible que entendemos por tal. Es un «sistema», es decir, un conjunto de elementos y procesos que los interrelacionan. El sistema más parecido es la red telefónica mundial. De hecho, puede considerarse una evolución de dicha red.
Internet es un medio de comunicación. Esencialmente funciona de la misma forma que un diálogo entre dos personas. La diferencia estriba en los elementos usados para la comunicación, es decir, el medio, el código y el «aparato» codificador/descodificador.
Cuando dos personas buscan intercambiar ideas, conocimientos, experiencias, cada una requiere un aparato codificador y otro decodificador, que conviertan sus ideas en elementos transmisibles. Finalmente, es necesario un medio a través del cual estos elementos viajen hasta el interlocutor. En un diálogo común y corriente, el aparato codificador/descodificador es el cerebro, el medio es el aire y el código en el que se cifra el mensaje el idioma. En una conversación telefónica, el medio es la red telefónica y el aparato que traduce la comunicación a una señal transmisible es el teléfono.
Internet funciona exactamente igual: en el fondo son dos o más personas comunicándose que utilizan, cada una, una computadora como el elemento que codifica y descodifica la información, y el medio es la red telefónica.
CREACIÓN DE INTERNET
La historia de Internet, íntimamente ligada con la industria de la computación y de las telecomunicaciones, inició a finales de los años 60 por el impulso de la Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA), agencia militar del gobierno de Estados Unidos que buscaba la manera de compartir información entre grandes computadoras alejadas varios kilómetros unas de otras.
La idea original se atribuye a J. C. R. Licklider, del MIT, que en agosto de 1962 expuso las posibilidades que encerraba la interconexión de computadoras a nivel mundial, y en octubre se convirtió en el primer director del área de investigación en ciencias computacionales de la DARPA.
La primera conexión entre dos computadoras, a través de la línea telefónica, se llevó a cabo en 1965, por los investigadores Lawrence G. Roberts y Leonard Kleinrock, del MIT. Los resultados fueron tan alentadores, que en 1966 Roberts desarrolló el plan para poner en marcha «ARPANET», la primera red de redes, patrocinado por la agencia DARPA.
En la conferencia en que Roberts presentó su proyecto, en 1967, hubo otras dos ponencias sobre temas afines de los investigadores Donald Davies y Roger Scantlebury, de diferentes universidades. Todos habían trabajado simultáneamente en el mismo concepto sin conocer el trabajo de los otros (semejante a la historia del desarrollo del Cálculo diferencial por Newton y Leibnitz).
En esa época el término «computadora» se refería a equipos que ocupaban habitaciones enteras en universidades y empresas. Eran «trajes a la medida» que los proveedores desarrollaban y comercializaban de acuerdo a las operaciones del cliente. Los programas que permitían operarlas eran desarrollados por el personal que laboraba en los centros de cómputo y no se había definido el «idioma», es decir, la serie de protocolos que permitieran a las diversas máquinas compartir información.
A partir de ese momento iniciaron los trabajos de definición de estándares y desarrollo de medios para llevar a cabo el proyecto. En septiembre de 1969 se instaló, en el Centro de Medición de Redes en UCLA, la primera computadora permanentemente en línea, computadora «anfitriona» o «servidor anfitrión» (Host server), primer nodo de la naciente red. El segundo nodo se instaló en el Instituto de Investigaciones de Stanford. Los siguientes años se agregaron más computadoras «anfitrionas» y los investigadores se dedicaron a desarrollar un protocolo de comunicación que permitiera a cualquier computadora establecer contacto con las demás y compartir información a través de ARPANET.
Se estableció el Protocolo de Control de la Red (NCP por sus siglas en inglés): que después evolucionó y dio lugar al sistema actual de protocolos, denominado «TCP/IP», (Transfer Control Protocol / Internet Protocol).
La unificación de criterios permitió escribir programas que aprovecharan los estándares. Así, en 1972 surgió la primera aplicación: el correo electrónico, desarrollado por Ray Tomlinson. Durante la siguiente década fue la aplicación más utilizada por los usuarios de ARPANET, casi en su totalidad investigadores y profesores universitarios. El símbolo «@» fue adoptado para separar el nombre del usuario de su servidor anfitrión, debido a que en las máquinas teletipo que utilizaba Tomlinson significaba «en». Así pues, una dirección de correo electrónico como ebolio@ipade.mx, se lee «usuario ebolio en el servidor de correo ipade.mx».
En 1973 se realizaron las primeras conexiones internacionales con la University College of London, en Inglaterra y la Royal Radar Establishment, de Noruega. Tres años después, Elizabeth II, reina de Inglaterra, envió su primer mensaje de correo electrónico.
A finales de los años 70 se desarrolló el concepto de computación personal. Entre los fabricantes resalta Apple computers, cuyos modelos Apple I y subsiguientes marcaron el inicio de la era de las computadoras personales. Los grandes fabricantes, como IBM, se habían mantenido al margen de este naciente segmento de mercado, pero debido al éxito de la computadora Apple desarrollaron su propia versión, bautizada como «PC». Sin darse cuenta, IBM validó la existencia de la computación personal y con ello fortaleció la imagen de Apple. Al final, su estrategia de permitir que surgieran compañías con arquitecturas «compatibles» y licenciar el diseño del software, tuvo dos consecuencias: fortaleció definitivamente las computadoras tipo «PC» y la posición del fabricante de los microprocesadores (Intel) y del desarrollador del software (Microsoft).
En 1980 surgió el primer virus, que provocó un alto total de las transmisiones en los menos de 200 servidores anfitriones que existían.
INNOVACIÓN EN INTERNET
Hacia 1984, Apple introdujo su modelo Macintosh, con el que inició la era de las interfaces gráficas, programas que permiten comunicarse con la computadora mediante elementos gráficos, en vez de comandos de texto, como sucedía con los primeros sistemas operativos. Esto facilitó su uso, especialmente a las personas sin conocimientos en ciencias computacionales. De ahí el lema de Apple: «power to the people», que afirmaba implícitamente que antes el poder lo tenían los administradores de los centros de cómputo. Muchos piensan que el concepto actual de Windows, de la empresa Microsoft, es una copia del sistema operativo de la computadora Macintosh original. En realidad, la idea original pertenece a los investigadores de los laboratorios PARC de Xerox, quienes diseñaron un sistema gráfico para facilitar el uso de sus sistemas corporativos de copiado y también inventaron el mouse.
También en 1984 se alcanzaron los 1,000 servidores anfitriones conectados a la red y se introdujo el concepto de «Domain Name Server» (DNS), con lo cual los usuarios ya no necesitaban saber exactamente la ruta a los servidores anfitriones. El concepto de «dominios» evolucionó hasta ser capaz de dar nombre ya no a una computadora en la red, sino sólo a ciertos archivos dentro de ella, haciendo más «amigable» el acceso a ellos, lo que más tarde facilitaría la aparición de las «páginas web».
Hacia 1986, la Fundación Nacional de Ciencias (NSF, por sus siglas en inglés) comenzó el desarrollo de NSFNET, sucesora de ARPANET. Originalmente el ancho de banda de su canal de transmisión era de 56 kbs. Actualmente, con el apoyo de la NASA, del Departamento de Energía de los Estados Unidos y de las universidades, es el principal canal de comunicación.
Para 1987, 10,000 servidores anfitriones estaban conectados a la red, dos años después el número rebasó los 100,000 servidores y se comercializó la primera versión de Windows, que no fue adoptada de inmediato en el mercado corporativo. La «cara» de la mayoría de las computadoras seguía siendo el sistema operativo «DOS» (Disk Operating System), también denominado «sistema de interfaz en texto», debido a que el usuario literalmente escribía las instrucciones a ejecutar por el ordenador.
En 1990 dejó de existir ARPANET y fue liberado el siguiente gran servicio de la red: ARCHIE (primer servicio de búsqueda de información en Internet). Al siguiente año apareció el servicio denominado «World Wide Web», conocido más por sus siglas WWW que anteceden a la mayoría de las direcciones de Internet y que es el rostro más familiar de la red mundial. Al hablante culto del idioma inglés le causará incomodidad separar en dos la palabra worldwide, pero en este caso el concepto de amplitud va aplicado a la red y el adjetivo «mundial» califica a ambas palabras.
El servicio WWW fue desarrollado por Tim Berners-Lee, del Laboratorio Europeo de estudios sobre la Física de las Partículas (CERN). Berners buscaba facilitar la comunicación entre los científicos que convivían en el laboratorio y desarrolló las bases del «Lenguaje de Marcación de Hiper Textos» (HTML), que permite relacionar frases o elementos de un documento con otros. Su intención era que al accionar una nota al pie de página o una referencia al texto de otro científico, la computadora los llevara al texto fuente de la cita o a la referencia. Pronto se vio la utilidad de relacionar ya no sólo citas bibliográficas, sino partes completas de estudios, gráficas que finalmente llevaría al sistema de «navegación a saltos».
En 1991 salió a la venta la versión 3.1 de Windows, que popularizó la interfaz gráfica. Para 1992 se alcanzó el millón de servidores en línea, se conectó el Banco Mundial y, en 1993, las Naciones Unidas. También apareció Mosaic, primer programa para accesar las páginas del servicio WWW, ahora conocidos como «navegadores» (o browsers).
A partir de ese momento, el crecimiento en tamaño y tipo de servicios explotó de manera impresionante. Aparecieron los primeros centros comerciales virtuales y el primer banco que ofrecía sus servicios en línea.
La WWW se convirtió en el servicio más usado, rebasando al servicio de transferencia de archivos (FTP por sus siglas en inglés), anterior monarca en cuanto a la demanda de usuarios. Los sistemas multimedia, que permiten ahora manejar textos, datos, audio, imagen y video han convertido al servicio WWW y a su principal vehículo, el lenguaje HTML, en la manera de comunicarse mundialmente.
En 1995 la compañía Sun Microsystems dio a conocer «java», desarrollo de software que, incluido en los navegadores, permite ejecutar aplicaciones sobre cualquier plataforma computacional. Es decir, un usuario puede realizar un desarrollo en su computadora, y al publicarlo en Internet podrá ser accesado por máquinas que funcionen con cualquier sistema operativo. Esto permite a los sitios de Internet ser interactivos, piden información al usuario con lo cual personalizan el servicio.
Ese año se alcanzaron los 10,000,000 de servidores y desde entonces el crecimiento ha sido exponencial, alcanzándose en enero de 1999 más de 40,000,000 de servidores conectados y más de 1.6 millones de dominios. También durante la década de los 90 aparecieron los sistemas comerciales de conexión telefónica, «dial-up», que brindan al usuario doméstico o a la empresa pequeña el acceso a la red mundial, mediante una renta mensual o anual. Otros conceptos que se han incluido son audio y video en línea, es decir: transmisión en vivo de conversaciones, entrevistas o eventos vía la red mundial.
El único límite hasta el momento es la capacidad del medio de transmisión, o sea, del cableado telefónico. Aunque con grandes variaciones por ciudad, el promedio de capacidad de transmisión a través de la red de cobre en el territorio nacional mexicano es de 14,400 caracteres por segundo, mientras que en Estados Unidos el promedio podría rondar los 56,000 caracteres por segundo. Esta capacidad está muy superada por otras tecnologías como el uso en la red de televisión por cable, cuyo estándar de cable coaxial permite transmitir hasta 8 veces más, o los sistemas de transmisión vía satélite, pero el ganador indiscutible es la fibra óptica, que aprovecha material translúcido en forma dúctil para transmitir información por medio de pulsos de luz. En experimentos realizados a principios de esta década, el MIT alcanzó a transmitir 1,600,000,000 caracteres por segundo, pero se afirma que no constituye su límite físico.
VENTAJA DE LOS «CUELLOS DE BOTELLA»
Cualquier ingeniero industrial sabe que un cuello de botella es el punto clave a partir del cual se programa la producción en una planta. Implícitamente sabe que su prioridad es ampliar la capacidad del cuello de botella, pero mientras no se logre, la velocidad de producción irá dictada por dicha condición productiva.
En materia de transmisión de información, el cuello de botella ha fomentado una evolución pasmosa en nuestra tecnología de compresión de información.
Hace unos años el gobierno de Estados Unidos anunció su intención de apoyar la iniciativa Internet2, que consiste en ampliar la capacidad de transmisión de información entre universidades. Es de esperarse que, una vez logrado, permee hacia el ámbito comercial con lo que pronto nos veríamos beneficiados todos los usuarios.
En cuestión del formato de las direcciones de internet o «IP address», debido a su construcción son finitas y ya se han repartido todas. La carrera por lograr desarrollar un protocolo de direcciones para internet, que sea dinámico y permita un crecimiento mucho mayor sigue en pie, pues el futuro ya no se basa en la capacidad de conectar más computadoras, sino virtualmente todo equipo electrónico con el que un ser humano pueda entrar en contacto.
¿QUÉ SIGUE EN ESTE MOMENTO?
Existen muchas opiniones, no todas coincidentes, respecto a las diferentes tendencias. Especular sobre el futuro es siempre un ejercicio lleno de riesgos, casi siempre estéril, pero deliciosamente tentador. Partiendo de experiencias pasadas, es posible afirmar que las anteriores tecnologías en materia de comunicación e información no desaparecerán sino que se verán obligadas a cambiar su manera de laborar.
Cuando apareció la industria de la televisión, la industria fílmica la despreció por considerarla sin futuro (un mal aparentemente endémico a las industrias consolidadas). Con el tiempo se especuló lo contrario: los días del cine estaban contados. El tiempo ha pasado y ni una ni otra han desaparecido, más bien han evolucionado y han comenzado a integrarse.
Con Internet podemos afirmar lo mismo: fomentará la convergencia entre las diferentes industrias de comunicación, información y entretenimiento, pero no provocará la desaparición de ninguna. Ya está cambiando nuestra forma de realizar transacciones comerciales o la manera en que las empresas obtienen información de sus clientes y publicitan sus productos. El siguiente paso es que revolucione la manera de trabajar: dé lugar a nuevas necesidades empresariales, demanda de nuevas habilidades y oferta de nuevas posiciones de trabajo. Esto también resultará de la obsolescencia de formas actuales de trabajo que pondrá a mucha gente en la calle, especialmente a aquella que no sepa o no pueda adaptarse a la revolución tecnológica que se plantea.
Internet ha evolucionado de manera exponencial. Esto sugiere que se potenciará el desarrollo de nuevos productos y servicios periféricos a las industrias de comunicación y computación. Lo que no es tan obvio, es que esta potenciación también atañe a otras industrias: entrega de mensajería y paquetería, publicidad y mercadotecnia en general, salud y educación, o la industria editorial, por citar sólo algunas. La conclusión tácita es que tal y como el teléfono acabó por estar presente en prácticamente todas las actividades humanas, así lo estará la comunicación vía cómputo.
CAMBIOS MANIFIESTOS Y OCULTOS
Durante la sesión correspondiente a «Creatividad» del Programa de Continuidad y Actualización del IPADE 1998/99, se organizaron mesas de trabajo para que los empresarios y ejecutivos asistentes discutieran y expusieran los posibles cambios que traería consigo la evolución de Internet, partiendo del análisis de los cambios que introdujo en nuestro mundo la máquina de vapor.
Participaron aproximadamente 1,200 empresarios de Monterrey, Guadalajara, Torreón y la Ciudad de México. Las categorías abarcaban desde el ámbito familiar y las relaciones sociales, hasta la oportunidad de nuevos negocios o los cambios en las cadenas de valor de las diferentes industrias.
Uno de los primeros puntos a resaltar es que sobre una misma categoría se presentaron ideas diametralmente opuestas, por ejemplo, que el impacto de Internet resultara en beneficio o en detrimento de las relaciones interpersonales.
Otra característica fueron las ideas poco comunes: posibilidad de una lucha generacional y nuevos requerimientos arquitectónicos; aparición de nuevas formas de pago y desaparición de la moneda; posibilidad de mayor concentración de la riqueza y malos manejos e ilícitos; menor censura y mayor libertad de expresión; integración de tecnologías; posibilidad de ahorro de energía; mayor competencia; facilidades de Internet para divagar y fomentar la cultura de la imagen.
Prácticamente todos los grupos coincidieron en las posibilidades de nuevos negocios, productos o servicios, así como en los cambios culturales, políticos y sociales que pueden derivarse de la mayor penetración de Internet. También señalaron el impacto en los valores, la familia y la educación. La posibilidad de comunicación inmediata con personas de todo el mundo abre la puerta a buena parte del conocimiento de la humanidad, pero también a todo tipo de ideas, actitudes y escalas de valores distintos a los nuestros.
Resaltaron también que esta revolución tecnológica permitirá brindar nuevas oportunidades a personas de edad avanzada o discapacitados, pues al fomentarse la oficina descentralizada, es posible que la gente trabaje desde su casa.
Llaman la atención ideas aparentemente contradictorias: posibilidad de mayor información y manipulación social; acercamiento con personas de todo el mundo y aislamiento social; fortalecimiento cultural regional y penetración de valores culturales ajenos, etcétera. La aparente contradicción nace de las posibilidades de la herramienta. De la misma forma en que un cuchillo tiene aplicaciones y grados de utilidad muy diferentes en un cocinero, un explorador y un asaltante, Internet será lo que cada uno de nosotros construya en ella.
Queda claro que la responsabilidad ante estos cambios no le toca a la generación siguiente, sino a la nuestra, y la velocidad de este cambio nos impulsa a seguir adelante. Ya no basta con pedir la información, sea la tarea de nuestros hijos o la investigación de mercado de nuestros subordinados. Es importante darnos cuenta que ahora debemos exigir mayor reflexión y análisis, dado que es más rápido el acceso a las fuentes. De lo contrario, podemos caer en una situación de gran velocidad pero también de una gran superficialidad.
CONCLUSIONES
El mundo ha cambiado y lo seguirá haciendo. La evolución es inherente a la especie humana y su carrera hacia adelante signo de nuestro constante anhelo de perfección. Sin embargo, hay que situar los avances en su justa medida.
El hombre es el mismo desde las cuevas de Altamira y mucho antes. Cuando nos preguntamos sobre el sentido de la existencia, nos hermanamos con todas las generaciones de la humanidad, planteándonos la misma interrogante que alguna vez se hicieron Einstein, Pasteur, Pascal, Galileo, Rousseau, Santo Tomás de Aquino, Aristóteles y un sin fin de seres humanos cuyo nombre no ha trascendido y se pierde en el vasto océano del tiempo.
Si alguna vez se siente desdichado o inseguro respecto de las actuales revoluciones tecnológicas y sociales, piense en sus abuelos o alguien que haya nacido a principios de este siglo. Esa persona atestiguó dos guerras mundiales, el invento del automóvil, del telégrafo, del teléfono, de la televisión, de la aviación y de los aparatos electrodomésticos. Presenció la carrera por el espacio, la aparición y caída del comunismo, el desarrollo de la teoría de la relatividad, la detonación de las bombas nucleares, la invención de las computadoras, su incursión en el ámbito personal y el nacimiento de Internet.
Y si ellos pudieron sobrevivir a todo eso y además moldearon el mundo en el que se desarrolló, es probable que nosotros también logremos cumplir nuestro papel dignamente.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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