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El arte como mediación

DIALOGAR CON EL ARTE

Un museo no es sólo el sitio donde se guardan y exhiben las obras de arte, también es y debe ser, un vehículo para la educación. En este sentido se cumple una doble función: ocupamos el arte para aprender pero también nos vamos metiendo en el estudio y conocimiento del arte mismo.
No todas las personas tienen la misma manera de aprender, existen diferentes inteligencias, como apunta Howard Gardner quien ya en los años 80 hablaba de siete diferentes inteligencias o habilidades cognoscitivas y en la actualidad se habla de once. Por lo mismo, hay muchas maneras de aprender y de dialogar con el arte.
En México un grupo de académicos formado por coordinadores o jefes de departamento de servicios educativos de diferentes museos trabajamos para teorizar cómo el arte puede ser un vehículo que nos lleve al conocimiento del hombre a través de los museos de arte e historia.
En el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, para el que yo trabajo, pretendemos que el público dialogue con las obras mediante diferentes estrategias y tratamos de que en este diálogo encuentre la información histórica que aporta una obra de arte. Trabajamos diferentes preguntas para el acercamiento a la obra que permiten interactuar con el público. Esto se conoce como «mediación».
Hay estudios serios que avalan este estilo de trabajo, como el de Dianne Berry, quien diseñó los programas de «Creadores de sueños» para Crayola y sustentó como producto de varias investigaciones entre jóvenes empresarios exitosos la importancia del arte como parte de la formación integral de la persona. Su investigación pretendía encontrar qué tenían en común muchas personas exitosas de distintos ámbitos y hallaron que lo que las vinculaba era el acercamiento al arte que habían recibido desde temprana edad.

TRES PASOS: DOBLE RESULTADO

María González, quien trabajó mucho tiempo en el MoMa de Nueva York y actualmente colabora con la fundación Cisneros menciona que el acercamiento a la obra puede ser a través en tres tipos de preguntas.
Las primeras son de indagación, que nos llevan a la observación general de la obra. Por ejemplo, ¿qué es lo que ves en un mural o cuadro? El público suele hacer una descripción y decir si le gusta o no, lo que permite al espectador vincularse con la obra e interesarse en ella.
El segundo nivel son las preguntas informativas que llevan a la información histórica que aporta el cuadro. En el caso de los museos de historia por ejemplo: ¿por qué este personaje es el central de la obra? También se hacen preguntas referidas al tiempo y al contexto. Lo importante es encaminar la pregunta para que descubran la importancia del hecho que está representado.
En tercer lugar se generan las preguntas de cierre que nos llevan a un proceso de síntesis sobre la obra observada.
Este método cambia al mismo tiempo la aproximación de las personas a la obra de arte y a la historia y ayuda a que al terminar la visita el espectador recuerde lo que vio ya que le permitirá construir su propia experiencia.
En México no tenemos consolidada la cultura de visitar museos los fines de semana como parte de las actividades de recreación. Casi siempre es por encargo de la escuela; los niños de primaria los visitan generalmente inducidos por sus maestros. Sería muy importante iniciar a los maestros en llevar a sus alumnos y sugerirles visitas cortas que no pretendan abarcar todo el espacio con recorridos agotadores que no invitan a regresar. En cambio, si cada niño que se acercara a un museo se llevara un recuerdo significativo, su regreso sería probable.
También estamos realizando guías para maestros de primaria y secundaria con información relevante sobre obras de nuestros museos para que vean el arte de otra manera y se vinculen más con él.

ARTE PARA LA FAMILIA

Para no centrarnos en la visita escolarizada tenemos un proyecto nuevo dirigido a familias. Los fines de semana recibimos a muchos públicos que asisten de manera voluntaria, con diversos niveles educativos y debemos atenderlos a todos.
A partir de octubre de 2007 y como resultado de un «Estudio de público» realizado en julio y agosto decidimos pilotear actividades dirigidas a familias que consisten en un recorrido que explica en 40 minutos Chapultepec desde la era prehispánica y la historia de las dos áreas importantes del edificio: el Alcázar, residencia de diferentes gobernantes y el área militar con el museo de historia. Al terminar, cada miembro de la familia recibe un cartoncillo y pinta lo que más le gustó, lo que ayuda a integrar el conocimiento.

CULTURA EN VACACIONES: EL SALTO HACIA OTROS CAMPOS

Involucrarse en el arte y la cultura no debe ser exclusivo de la formación escolar. Es importante involucrar a la población en las actividades culturales en los diferentes periodos vacacionales, por ejemplo el verano. Para tener éxito el museo debe ofrecer alternativas de recorrido que resulten atractivas durante las vacaciones y no regresar a los esquemas de atención a grupos escolares. Por ejemplo, el verano pasado un grupo de estudiantes de turismo realizó su servicio social en el Museo participando en el programa «Salpicarte, agua por todas partes»
También se realizó una serie de talleres de corta duración dirigidos a familias, con la finalidad de que las personas tanto de la ciudad como del interior del país contemplaran el museo como opción para pasar un día de vacaciones.
Desde luego este método no es exclusivo de la enseñanza histórica. Mediante el arte podemos abordar otras disciplinas, así se trasciende la labor educativa y se trabaja de forma distinta apuntando a la vanguardia.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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