La gramática descomplicada
Álex Grijelmo
Ensayo
Taurus. México, 2006. 463 págs.
Álex Grijelmo
Ensayo
Taurus. México, 2006. 463 págs.
«Las palabras pueden pronunciar la melancolía con el sonido de un violín pero también la guerra con la potencia de los tambores. Las palabras engatusan y repelen, edulcoran y amargan, perfuman y apestan. Más vale que conozcamos su fuerza».
Así concluye el actual director de la agencia EFE La seducción de las palabras, un manual para quien anhele ser un verdadero orfebre del idioma español.
Ahora, luego de publicar El genio del idioma, Grijelmo se lanza a ese monstruo de mil cabezas que es a veces la gramática para que podamos conocer bien a bien la fuerza de las palabras.
Sin moverse de su estilo jovial y desfajado, como retando a los gramáticos de antaño, el autor logra su propósito y descomplica aquello que tanto nos molió la cabeza en la primaria.
Lejos quedan los vericuetos del lexema y el gramema, los farragosos trechos de los modos verbales y los dolorosos hiatos. Grijelmo no evade ningún tramo de la gramática, los allana. Así, los verbos copulativos son para él verbos tornillo y es capaz de explicar los retruécanos del reloj verbal sin contratiempo.
Una última recomendación de Grijelmo: «Los distintos papeles de las palabras, nos darán paso a jugar con ellas, para seducir y agradar».
Así concluye el actual director de la agencia EFE La seducción de las palabras, un manual para quien anhele ser un verdadero orfebre del idioma español.
Ahora, luego de publicar El genio del idioma, Grijelmo se lanza a ese monstruo de mil cabezas que es a veces la gramática para que podamos conocer bien a bien la fuerza de las palabras.
Sin moverse de su estilo jovial y desfajado, como retando a los gramáticos de antaño, el autor logra su propósito y descomplica aquello que tanto nos molió la cabeza en la primaria.
Lejos quedan los vericuetos del lexema y el gramema, los farragosos trechos de los modos verbales y los dolorosos hiatos. Grijelmo no evade ningún tramo de la gramática, los allana. Así, los verbos copulativos son para él verbos tornillo y es capaz de explicar los retruécanos del reloj verbal sin contratiempo.
Una última recomendación de Grijelmo: «Los distintos papeles de las palabras, nos darán paso a jugar con ellas, para seducir y agradar».
