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Repensar el trabajo

Una madre de familia que acaba de vestir, dar de desayunar a sus hijos y llevarlos al colegio, dice: «Bueno, ahora por fin me voy a trabajar». Martínez-Echevarría empieza con este ejemplo para resaltar que en la actualidad carecemos de un concepto claro de lo que significa trabajar. El autor intenta comprender las razones que motivaron una falsa idea del trabajo.
En los primeros capítulos ofrece un esquema muy general de lo que significó el trabajo en tres etapas de la historia: la antigüedad inspirado sobretodo en el esquema griego, la Edad Media y la Moderna, centrado de forma particular en el Occidente europeo; para después dar paso a lo que, en su opinión, debería significar el trabajo. Quizá echamos de menos referencias a las fuentes en las que se inspiró, pero señala que su intención no es presentar un estudio sistemático y minucioso de la historia del concepto de trabajo.
En la antigüedad, como los griegos concebían la contemplación como el paradigma de vida, el trabajo suponía una actividad indigna para el ser humano. De modo que para ser una persona, en el sentido pleno de la palabra, debían olvidarse de aquellos trabajos que los separaban de la vida contemplativa, reservada al sabio. Esto ayuda a entender, aunque no justificar, la existencia de la esclavitud en la Grecia clásica
En la Edad Media, la mala recepción del concepto de dignidad humana proveniente del cristianismo, no permitió que el esclavo abandonará totalmente su condición. Ahora, el siervo tenía la misma dignidad que su señor, pero en esta vida le correspondía trabajar para liberarlo, de modo que, espiritualmente, era libre, pero su cuerpo seguía siendo esclavo.
Es curioso descubrir que, precisamente el intento de hacer compatible la dignidad humana con el esquema señorial de la antigüedad, propició una de las más severas crisis en la historia que sigue sin solucionarse: la pobreza. El tema de los pobres constituyó una novedad en el medioevo, los pobres nunca antes se habían considerado una clase dentro del estrato social. Dejo al lector, descubrir cómo intentaron los medievales resolver este problema, sólo diré que la condición de siervo fue peor que la del pobre.
La solución propuesta por la modernidad fue eliminar la figura del señor. Si todos los hombres eran igualmente dignos, ¿por qué el señor estaba exento del trabajo? Para erradicar del plano cultural la figura del señor, se eliminó la idea de trascendencia, de modo que la naturaleza del hombre era algo fijo, sin posibilidad de perfección ulterior. El trabajo influenciado sobre todo por ideas protestantes se vio como una actividad obligatoria, inhumana, agotadora y sin término.

ENCONTRAR EL VERDADERO SENTIDO

Martínez-Echevarría no aclara todo lo que actualmente se considera trabajar, pero señala que sigue vigente aún la creencia de que el trabajo es una actividad distinta, contrapuesta y limitante de aquellas que tienen un verdadero sentido para nuestra existencia. La intención del autor es hacer ver que las dificultades se deben a que no hemos entendido que para descubrir el sentido del trabajo es necesario descubrir el sentido de la vida.
Para el autor, el hecho de que el hombre sea el único ser que trabaja, revela que también es el único que ha recibido la invitación para descubrir el sentido de su vida. El trabajo no puede remitir exclusivamente a una cuestión sociológica o económica. Pero si el sentido del trabajo viene aparejado al sentido más hondo de la vida, y este último no es definitivo, tampoco lo será el del primero.
Esto que suena desalentador, debe entenderse como una invitación para que cada uno descubra el sentido pleno del trabajo y de la existencia propia. El último capítulo del libro, expone la visión de lo que el autor entiende por trabajo: «La vida de cada hombre implica el compromiso de restituir lo recibido, razón por la que es necesaria y esencialmente trabajo. Puede decirse que el hombre ha nacido para trabajar, porque de algún modo se ve impelido a corresponder al amor recibido». Reconocer o negar este hecho básico determina el modo de configurar la calidad humana de cada persona, y el sentido del trabajo.
En resumen, este libro, además de ofrecer un panorama clarificador sobre el trabajo, invita a definir los criterios propios para encontrar un significado correcto al trabajo, y eso es lo más importante. A trabajar.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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