Beckett, mi amigo
Radomir Konstantinovic
Testimonio
Littera. Barcelona, 2001. 208 págs.
Radomir Konstantinovic
Testimonio
Littera. Barcelona, 2001. 208 págs.
La marginalidad y reserva que caracterizan a Beckett, en lo personal y lo literario, dieron lugar a mistificaciones provocadoras de su figura. Su actitud es otra. En absoluta coherencia con sus convicciones, nunca renegó de su condición de expatriado —por ejemplo—, sino que la asumió al grado de volverla insignificante. De ahí la perplejidad de E. M. Cioran: «Cosa apenas verosímil e incluso monstruosa: no habla mal de nadie, ignora la función higiénica de la malevolencia… Nunca le he oído vituperar a nadie, amigo o enemigo. Es esa una forma de superioridad por la que le compadezco y a causa de la cual debe sufrir inconscientemente».
Si bien este epistolario reconstruye los principales «momentos» literarios de Beckett (sus incursiones en el teatro y la radio, por ejemplo; o su tendencia creciente a comprimir el lenguaje); Konstantinovic termina traicionando el propósito primigenio. Extendiéndose más allá de lo anecdótico, el «amigo» de Beckett intenta «interpretar», deducir posiciones de una obra sobre la que su autor condenó siempre el intento de buscar un significado «más allá» de ella misma.
Un texto indispensable para asomarse en la sencilla vida de uno de los escritores más complicados de la literatura universal.
Si bien este epistolario reconstruye los principales «momentos» literarios de Beckett (sus incursiones en el teatro y la radio, por ejemplo; o su tendencia creciente a comprimir el lenguaje); Konstantinovic termina traicionando el propósito primigenio. Extendiéndose más allá de lo anecdótico, el «amigo» de Beckett intenta «interpretar», deducir posiciones de una obra sobre la que su autor condenó siempre el intento de buscar un significado «más allá» de ella misma.
Un texto indispensable para asomarse en la sencilla vida de uno de los escritores más complicados de la literatura universal.
