Fernando Pessoa. Drama en gente

Drama no es sólo tragedia. La Real Academia de la Lengua lo define como un suceso de la vida real capaz de interesar y conmover vivamente. Pessoa reconocía en su obra un drama, una vivencia que interesaba y conmovia con fuerza. Y no sólo eso, su drama era un drama em gente, una complicidad pactada entre el lector y el escritor, sostenida para siempre en la temporal vigencia del papel. Del universo de Pessoa, Francisco Cervantes (Queretaro, 1938) entrega 45 poemas a la curiosidad de aquellos intrigados por el desdoblamiento psíquico del portugués. Reunidos en este drama compartido y, para fortuna nuestra, bilingüe, estan Álvaro de Campos, Alberto Caeiro, Ricardo Reis y Pessoa, poetas nacidos en la batalla esquizofrénica sostenida en medio de un «angustioso juego de un espejo frente a otro» en el que cae la voz del Isboeta. En ese centro, las pessoas (personas) de Pessoa juegan definidos papeles, claros y distintos. Un Caeiro provinciano, descriptor de imagenes campestres, dibuja flores y pompas jabonosas Álvaro de Campos juega libre e informal, saludando a Whitman o al volante de un Chevrolet Reis se muestra estricto, sea tejiendo breves sextetos, sea prosando el amor Fernando Pessoa, uno o muchos, no debe dejarse ir.