Suscríbete a la revista  |  Suscríbete a nuestro newsletter

Decir adiós(o )

Una hoja en blanco es un mar sin orillas. No hay página a la que yo no le tenga respeto. Escribir siempre me ha costado trabajo. Admiro (que es forma de vestir apropiadamente la envidia) a quienes el vocabulario les fluye como canción sencilla. A mí me queda la duda de saber si no habré dejado en el camino la palabra precisa. Hoy, escribir para mí una despedida. Desde hace días, tengo una pequeña nube encima, justo encima del corazón, y lo tiene todo este tiempo muy mojado. Está bien. Se llora lo que se quiere.
Pronúnciala rápido y verás como, ni aun así la S logra escaparse un poco de ella queda entre el blanco tabique de los dientes. Adióssss. Inmisericordemente atrapada, prisionera última de un deseo que se dice fácil pero que se muere lentamente. Adióssss.
Contra el hechizo de los adioses húmedos, hace falta ir por la vida con ojos de sol. Plantarse en la cara por lo menos veinte estrellas para iluminar el propio cielo.
Cinco letras (a-d-i-ó-s) para contener cientos de veces subiendo y bajando unas escaleras las que conducen a este espacio, residencia de ISTMO. Subiendo, subiendo, subiendo artículos, cartas, revistas, cariños, elijo para deletrear sólo algunos nombres queridos: Paty, mi güerito, Moscú, Nacho, Alicia, Alfredo, Marialda, Ale, Julián, Rafael, Gaby, Mata-Hari, doctor Llano, Arturo, Angel, Aguerrido, Héctor, Ceci, doctor Núñez, Victor y la impuntual chinos para representar una fila grande felizmente amplia- de gente que habita el corazón.
Y ante los lectores quiero presentarme diciéndoles «gracias». Soy junto con otros que profesionalizaron su amor a las letras- quien ha estado detrás de cada palabra escrita en esta revista desde hace doce años. ¿Han oído de una suerte tan dorada? Me he dedicado al oficio precioso de cuidar las letras ¿Puesto? Cuidadora de palabras, por favor.
Así que esta cuidadora de palabras, las tuyas, quiere decir adiós.Gracias por permitirme ejercer mi oficio con cariño bordado en unas páginas, por la confianza de quien le deja al otro lo más grande que existe en el mundo, tu pensamiento.La nube se mueve pausada, lánguidamente. Si te fijas bien, es posible adivinar -escondido-Un redondo, mordisqueable y jugoso fruto de sol.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

Newsletter

Suscríbete a nuestro Newsletter