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El viejo y el mar

El viejo y el mar
Ernest Hemingway
Cuentos
Ediciones Leyenda. México. 1999, 88 págs
Todo aniversario luctuoso tiene sus encantos. Uno de ellos es que desempolva el recuerdo y otro, el mejor, que reaviva el interés por el autor y sus obras. Es el caso de los 100 años del nacimiento de Hemingway. Su leyenda es suficiente para alimentar cualquier cantidad de estrategias comerciales: desde una visita todo pagado a su amada Cuba, hasta la publicación de un libro póstumo. Pero el talento de los genios es siempre superior a su anecdotario. So pretexto del centenario, me encuentro de nuevo con el viejo Santiago y su querido Manolín. En mi frágil memoria, recordaba el furor con que me lancé con Santiago a alta mar en busca de un pez, el desasosiego de Manolín por nuestro retraso y el denuedo con que dimos la pelea, hasta ganarla perdiéndola. Volví a sufrir con el viejo, toqué sus sentimientos y naufragué en su tristeza. Comprobé con entusiasmo que «El viejo y el mar» no se lee, se vive. Terminé la lectura una hora y siete minutos después de haberla iniciado, me puse de pie y, aprovechando mi soledad, me di el gusto de exclamar, de todo corazón, «¡bravo maestro!»; mi tributo a Hemingway y las dos palabras que bastan para reseñar esta obra inmortal.
istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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