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El ku klux klan mexicano

Estamos en la oficina; uno de nosotros abre un sobre. Oferta de trabajo: «Se requiere buena presentación». Sincronizados por la malicia exclamamos: «o sea, ser guërito y guapo». Los mexicanos somos hipócritas: en nuestro país, racismo y clasismo se funden.
En 1992 se publicó el artículo ¿Is Mexico Blond? A juzgar por la TV y las revistas, México es escandinavo. Nuestro ideal de belleza es europeo. Lástima: el 80% de los mexicanos somos mestizos y un 10% indígena Los «petacones», morenos, chatos y chaparros sólo tienen oportunidades televisivas como sirvientas, mozos, ladrones, si acaso, damas de compañía de la niña rica.

MÉXICO, RACISTA

Los mexicanos «típicos» aparecen en los anuncios de planificación familiar. El estudiante de cierta universidad del sur del país despreció a un catedrático con el argumento «Fulanito de tal es muy erudito, acomplejado por ser indio». Un vistazo a la entrada de una discoteca de moda. La cadena: filtro de «impurezas». Rápidamente pasan los hijos de funcionarios y los chicos bien, «gente como uno». La ambigua palabra «naco» suele significar, entre la burguesía, no-caucásico.
México, hipócrita, es de facto racista. Sólo la Izquierda, Monsivaís y Guadalupe Loaeza se atrevían a mencionar el tabú. Nuestro país siempre se ha ufanado por su «mestizaje». Pero hay de mestizajes a mestizajes. Paulatinamente se comienza a hablar abiertamente del tema. Ahí están las pasadas jornadas contra el racismo.

EN TODOS LADOS SE CUECEN HABAS

El racismo es «espontáneo»; se presenta en toda época y lugar. Los seres humanos tememos lo diferente. Los rubios dorios despreciaban a los «ilotas», naturales de Grecia. En África, los tutsis discriminan a los hutus. En las caricaturas japonesas los personajes tienen ojos redondos (típicamente asiáticos). La discriminación es la resistencia a convivir en pie de igualdad con otros; sus rasgos culturales, religiosos y sobre todo raciales son distintos. Respuesta del individuo inseguro, sin méritos. Trata de valer por su color de piel, su apellido, o su religión.
México no exterminó a los nativos ni los confinó a las reservaciones como nuestros vecinos del norte. Desafortunadamente tampoco creamos una sociedad igualitaria. El mestizo lo advirtió Paz fue generalmente hijo de la violencia, el «segundo frente». Los vástagos no participaron de las grandes riquezas y su educación fue deficiente. Por el contrario, podríamos nombrar familias de empresarios poseedoras de títulos nobiliarios, cuyas fortunas arrancan de mercedes reales. El racismo mexicano es clasista. Ser moreno equivale a ser clasemediero. Durante mucho tiempo el único camino para subir en la escala social era el ejercicio político. Valgan los ejemplos de don Benito, don Porfirio y Díaz Ordaz.

PRIMERO: ACEPTAR QUE EXISTE

En los años 50, los negros norteamericanos no podían orinar en los mismos mingitorios que los blancos. Luther King Jr. luchó por los derechos civiles y por erradicar legalmente la segregación racial. Finalmente, los negros ganaron el derecho de sentarse junto a un blanco en el autobús. La discriminación racial persiste en EUA. Caso real: dos recién casados querían comprar una casa. Encontraron una residencia amplia y barata. Desconfiaron. Alguien les explicó: «Está devaluada porque hay negros al lado».
No obstante, los norteamericanos reconocieron abiertamente el problema. Aunque el peso de la historia no se elimina con una sesión del congreso, están intentando resolverlo. 1) En EUA cabe demandar por discriminación racial; 2) algunos programas de TV presentan grupos sociales integrados por negros, blancos y latinos («Arma mortal»); 3) existen «cuotas de minorías»; un mínimo de chicanos, de negros y de mujeres.
¿Eres racista? «¡No! Los autores son un par de nacos ardidos». ¿Para qué engañarnos? Detrás de tanta violencia hay corrupción, pobreza, maldad e impunidad. Pero hay otro ingrediente: resentimiento racial. Primer paso para superar el racismo: la sinceridad. «No existe más que una raza, la raza de los hijos de Dios, decía Escrivá de Balaguer. ¿Actúas en consecuencia con tu sirvienta o con tus obreros?

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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