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Entrevista con Armand Mattelart. Los nuevos senderos de un intelectual marxista

Reconocido como uno de los investigadores que más han influido en la problemática de América Latina, luego de su participación en Chile por once años tres de ellos en la Unidad Popular-, Armand Mattelart trabaja actualmente como director de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Haute-Bretagne Rennes, Francia. En su obra destaca su enfoque económico-político y, para algunos, sus trabajos de mayor congruencia con los postulados marxistas son los primeros que se ubican entre 70 y 71.
Intentar aplicar el discurso marxista al estudio de la comunicación colectiva; aunque según puntualizan los estudiosos, también recurre a elementos no marxistas para conformar lo que más de alguno ha calificado como el discurso mattelartiano.
De buena gana y abierto a la crítica, concedió esta entrevista donde fue posible constatar la diferencia entre ciertas afirmaciones dogmáticas de sus textos y la apertura que nos mostró al conversar con él: <<No pienso sostiene- que hayamos sido dogmáticos; la situación era tal que no podíamos hacer otra cosa. Ustedes recibieron unos textos que sacamos en 71 y los “piratearon” aquí. Después supimos que circulaban entre marxistas militantes y se publicaron rápidamente sin explicar nunca el contexto en que nacieron, un contexto de enfrentamiento violento>>. De esto y mucho más, para hablar de Mattelart, cedemos la palabra al mismo Mattelart
La nueva gerontocracia cubana
Tras afirmar que Cuba es una herida que sangra todavía porque la nueva gerontocracia de ese país bloquea la evolución hacia nuevas formas de organización democrática, Armand Mattelart -doctor en Derecho y diplomado en Demografía- cuestiona también el triunfalismo neoliberal.
Advierte que Cuba ocupa un lugar especial para la izquierda y los sectores críticos latinoamericanos en la toma de conciencia de los medios de explotación, pero también expresa su incertidumbre sobre la manera en que puede evolucionar su situación en forma pacífica.
<<Pienso que el pueblo cubano no quiere ir hacia situaciones como las de los países del Este, volver al capitalismo; creo que ha madurado. No obstante, el concepto de gerontocracia es una realidad, a pesar de todas las lógicas democráticas que trabajan en el pueblo cubano>>.
<<No estoy de acuerdo con la forma en que los gobernantes están encarando la salida de la crisis. Son soluciones totalmente insuficientes en relación a la aspiración democrática de la población>>.
Ha mantenido una posición crítica respecto a las políticas implementadas en ese país incluso frente a las autoridades cubanas cuando ha participado en seminarios y siempre han respetado sus opiniones.
Por otro lado, se cuestiona <<si no estamos viviendo la ilusión de que finalmente ha triunfado el capitalismo; pero no ha triunfado en nada, pues el ochenta por ciento de la población mundial está fuera de este modelo>>. Considera que existen muchas grietas en el capitalismo, pero nuestras sociedades no se han organizado para hacerlas patentes.
Una y otra vez insiste en que <<la única manera de cambiar los medios de comunicación social es a partir de una acción concertada de la sociedad civil>> y que la intervención del Estado sólo puede perder su carácter de autoritaria si realmente se presenta un contrapeso con base en demandas que no sean míticas, sino concretas: a partir de la sociedad.
Tras revelar que padeció pesadillas sobre lo que aconteció en Chile y’ que éstas se terminaron 17 años después, luego de que en octubre del 91 levantaron la prohibición para que pudiera entrar en ese país, Matterlart combina sus principales experiencias de ese período histórico con su crítica a la problemática actual.

Revancha de las culturas

Enfatiza que en todas partes se observan lógicas globales y lógicas de la revancha de las culturas, <<y eso es positivo a pesar de su ambigüedad; dar como resultado una Yugoslavia, pero también una nueva reformulación de las utopías sociales>>.
<<En América Latina existe un deseo de reapropiación de lo propio y dentro de ello se presentan subniveles. Por ejemplo, un grupo étnico dirá que necesita reapropiar lo propio dentro de un espacio nacional, y ésas son realidades que no conocíamos hace veinte años>>.
Indica, además, que con el quiebre del marxismo oficial han a parecido nuevas formas de crítica social, pero el escenario se complica debido a que quienes sustentan el modelo capitalista se han apoderado de cierta parte de la criticidad frente a la sociedad y han enturbiado completamente el panorama.
<<En el campo de las luchas ecológicas se encuentran empresas contaminantes que muchas veces parecen comprometidas con el movimiento ecológico. Esas son un nuevo tipo de contradicciones>>.
Colaborador en la Unidad Popular en el análisis de publicaciones de la izquierda y buscando nuevas formas de comunicación, este intelectual belga asegura que el caso chileno fue el primer proceso de cambio en el mundo donde se constató la insuficiencia de todo lo que se había heredado del pensamiento revolucionario.
Allá vio derrumbarse un campo de lo posible, que <<finalmente era una experiencia muy polarizada pero donde la gente daba lo mejor de sí misma; no ese dogmatismo de todas las revoluciones socialistas que han caído en la burocracia. Con contradicciones inmersas y peleas entre partidos, pero eso es otra cosa; eso es parte de la vida>>.
En Chile revela- aprendió que dentro del pensamiento de la izquierda existía una contradicción en cuanto que nunca se había pensado el problema de la participación de los sectores populares en el proceso comunicativo y éste fue un grito de denuncia en contra de la propia izquierda.
Otra enseñanza significativa fue la conciencia de que a partir de entonces resultaría imposible analizar el problema de la comunicación sin tomar en cuenta la articulación nacional e internacional.
Durante su primera etapa de investigador se jugó la vida y manifiesta su irritación por la crítica de algunos mexicanos que le atribuyen haber lanzado la moda del denuncismo. <<Es completamente absurdo, porque nosotros, cuando empezamos a denunciar, estábamos buscando una solución a una realidad concreta. Una prueba es que cinco horas antes del golpe, todavía estaba trabajando en comunicación popular en los comités de los corredores industriales, como se comprobó después>>.
Armand Matterlart permaneció quince días más en Chile después del golpe de Estado y posteriormente fue expulsado. Más tarde participó en la realización de la película «La espiral» donde expone su punto de vista sobre el proceso político en ese país.

Intelectuales pesimistas

eñala que uno de los problemas latinoamericanos más importantes es la relación del intelectual con los sectores desfavorecidos y explica que cuando llegó a este continente en la década de los 60, los intelectuales coincidían en que había que luchar contra las injusticias y humillaciones. <<Veinte años más tarde vuelvo a encontrar ciertos intelectuales que aseguran que lo que pensábamos entonces es irrealizable; que es imposible que toda la gente acceda aun nivel de desarrollo>>.
<<Lo que América Latina ha aportado a la reflexión sobre la comunicación en los últimos treinta años se subestima. Hay una riqueza que no se ha acumulado porque se toma siempre la cresta de la moda en la comunicación -y se rechaza todo lo anterior-, independientemente de que en muchos países no ha existido acumulación debido a la represión>>.
Añade que en los últimos quince años no ha mejorado el nivel de los investigadores de la comunicación quienes se ven forzados a realizar dos o tres trabajos para poder vivir.
Las discusiones actuales de la relación entre información y ética son insuficientes pues la ética se ha vuelto <<un código de las multinacionales, una ética del bussiness man, que no es observada>>.
Para Armand Matterlart el problema clave de la sociedad comunicación es el populismo que prevalece tanto entre los investigadores como entre los medios de comunicación, y respecto a la comunicación popular, una dificultad de la izquierda es distanciarse <<y pensar que no formamos parte de la que criticamos>>.
El gran problema de América Latina y de quienes trabajan en la comunicación popular es pensar la comunicación alternativa como si fuese un globo, apartada de la realidad, y hoy sabemos muy bien que no se puede pensar la cultura popular sin interacción, sin las relaciones de fuerza con la otra cultura que nos domina, con la norteamericana, con la hegemónica.
<<Estamos en un campo global habitado por muchos sectores, por actores, pero donde existe un actor domina el terreno. Asegura que es necesario entender la comunicación <<como un modo de gestión social que está reformulando los esquemas verticales de relación que conocíamos antes>>.
El problema de las nuevas generaciones de comunicadores profesionales, <<es la interiorización conceptual porque no tienen la suerte que tuve, a pesar de que me costó casi la vida: vivir una experiencia política concreta de enfrentamiento con una realidad que podía tocar>>.
El reto consiste en <<hacerles experimentar conceptos de tal manera que no sean cosas que apliquen como recetas, sino modos de reflexionar que les servirán frente a acciones múltiples que enfrentarán en su vida profesional>>.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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