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Tomar la mejor decisión

dilema1Soy directora de una compañía que distribuye productos de computación. Surgió un conflicto entre una gerente y su subordinada, Carmen, usualmente cumplida. La gerente insiste en despedirla porque su trabajo se atrasa en momentos cruciales para la compañía, que con frecuencia coinciden con tratamientos terapéuticos de su hijo de seis años. Dudo si apoyar esa decisión que perjudica a una madre soltera, dedicada y responsable. En casos como éste ¿qué está primero, el bien de la empresa o el de una persona concreta?
Los asesores sugieren
La empresa es una comunidad de personas y son ellas las que la hacen realidad y la enriquecen. Si mencionas que Carmen es cumplida, dedicada y responsable, me parece que estamos hablando de una persona que vale la pena mantener en la empresa.
Para tomar la mejor decisión puedes preguntarte varias cosas: ¿Cuál es la causa del atraso de Carmen? ¿Es el tratamiento de su hijo? ¿Es la relación con su jefa? ¿No tiene las competencias necesarias para realizar su trabajo? ¿Cómo es su trayectoria? ¿Ya ha tenido otros conflictos de productividad? ¿Desde cuándo empezó con los atrasos?
Si comentas que es una persona con cualidades muy positivas, habrá que encontrar la manera de que supere la causa que está generando el atraso. Encontrar respuestas que combinen la ética y la eficacia no es fácil, lo común es el camino rápido del despido. Pero la retención de talento y de personas que abonen al éxito de la compañía requiere respuestas ingeniosas de sus directivos y no el camino fácil. Buscar la causa de los atrasos te dará elementos para una mejor decisión.
Rodrigo Villaurrutia
Profesor de ética de la empresa
El bien de la empresa y el de los empleados concretos deberían de poder ir juntos. Por eso, es mejor pensar de modo incluyente que excluyente. Si Carmen es ordinariamente responsable y cumplida, tal vez se podría encontrar algún modo de facilitarle la atención a su hijo, mientras el problema de las terapias se resuelve. Pero exigiéndole a ella la misma lealtad que suele manifestar: que nunca mienta ni disimule, que sepa dar la cara.
Pedirle además que transmita e informe de sus logros o avances en el trabajo y que forme equipo con algún otro empleado de la compañía, así suplirla sería más sencillo, si se requiere. Otra opción sería tal vez ponerla a trabajar a destajo, por comisión, para que se cumplan las metas de la gerencia y ella administre con más responsabilidad sus tiempos. Una empleada cumplida y ya entrenada es un gran recurso.
Armando Reygadas
Abogado especialista en ética de la empresa

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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