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¿Cuidar la ecología o los puestos de trabajo?

Soy directora de una compañía dedicada a la exportación de madera. Aunque la empresa cumple, en la medida de lo posible, con las normas ambientales, la zona donde talamos se encuentra en peligro actualmente.
Para solucionar la situación es necesario reubicar a la compañía, lo que requiere parar la producción por lo menos un mes. Tales cambios implican pérdidas graves para la empresa, la región, los empleados y sus familias, pues además habría que despedir personal. ¿Qué debe imperar en este caso, el personal o la ecología?
LOS ASESORES SUGIEREN
1. Sabido es que un perro defiende a su amo incluso hasta la muerte, instintivamente sabe que su bien propio depende del bienestar del amo. Si este muere, el perro es un náufrago. El ejemplo vale para el dilema planteado, donde el amo es la ecología: si la dañamos nuestro futuro, no tan lejano, está en grave peligro. Pretender beneficiar al personal posponiendo el traslado de la compañía es una falsa ilusión.
En realidad pienso que ha faltado previsión estratégica para programar los movimientos que, dadas las características de la industria, parecen inevitables y periódicos por los ciclos naturales de crecimiento de las forestas replantadas. En cuanto a los empleados, algún personal podría ser invitado a moverse con la industria misma, otros al permanecer en el lugar, podrían contratarse para cuidar las zonas reforestadas, algunos tendrán que ser despedidos.

ARMANDO REYGADAS

ABOGADO Y CONSULTOR DE EMPRESAS

2. Para hacer un análisis detallado de todas las implicaciones, sería necesario contar con mayor información técnica que permitiera evaluar el tipo de peligro ecológico al que se refiere y las posibles estrategias para evitarlo. Por ejemplo, proceder a una reforestación intensa e incluir un programa permanente de la misma.
Por otro lado, parece claro que si la tala de árboles no va acompañada de un plan que atienda los riesgos ecológicos, tarde o temprano se terminará cerrando la empresa por ausencia de materia prima. En este sentido resulta necesario –y esto no sólo es un consejo de corte pragmático, sino ético– valorar los riesgos conjuntos de una explotación para evaluar la sustentabilidad a largo plazo de una empresa y no simplemente la obtención de ganancias en el corto.
Por ello, no parece que la alternativa sea optar entre la ecología o el personal; sino comprender que la única manera de proveer a los empleados un proyecto a largo plazo, radica en hacer frente al tema ecológico, tomando esta opción no como una disyuntiva sino como la única manera de preservar ambos bienes.

FELIPE JIMÉNEZ

FILÓSOFO DEDICADO A LA DOCENCIA

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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