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El concepto de técnica, arte y producción en la filosofía de Aristóteles

Virginia Aspe Armella
F.C.E. México. 1994.
Estamos acostumbrados a plantear, en términos antagónicos, las relaciones entre naturaleza y técnica; entre los recursos disponibles y los artificios con los que les sacamos partido. La contraposición no ha solucionado el problema. En la encrucijada, salta a la vista la imponente fragilidad de los caminos que abre: una naturaleza sometida indiscriminadamente a la intervención humana y, por otra parte, el hombre sin el dominio que penosamente ha alcanzado sobre la naturaleza.
El concepto de técnica… suprime -de entrada- la disyuntiva. Este en uno de sus principales méritos. Virginia Aspe (doctora en Filosofía y profesora de la Universidad Panamericana desde 1982) muestra, retomando el hilo del discurso aristotélico,que es propio de la capacidad inventiva articular las instancias  que en ella convergen. La noción de hábito es el eslabón -perdido en la modernidad- que hace posible una antropología en la que ser y hacer se vinculan. Un estudio completo de lo que el hombre puede hacer y de los modos en los que este hacer discurre, exige determinar el estatuto ontológico de la téchne griega. Con esta noción se rescata la naturalidad de lo que, a primera vista, aparece como artificial: la instauración, por parte del hombre, de un mundo “ficticio” en el que se  desenvuelve como en su elemento. En palabras de Aspe: «técnica y arte se nos muestran como realidades profundamente humanas, precisamente por su dimensión artificial, ya que la técne involucra la totalidad de las  potencialidades de cada hombre, las más elevadas y las más íntimas, lo sensible y lo espiritual».
Dedica sus primeras investigaciones a la Estética, el estudio del arte la lleva a un creciente interés por la índole de la razón práctica -terreno en el que la creación se sitúa-. Este itinerario esclarece la tentativa que refleja el título de su libro: proporcionar una interpretación de la actividad productiva humana en la que se contemplen sus distintas vertientes.
Para alcanzar este objetivo, Aspe se vale de la analogía, uno de los descubrimientos centrales del autor que inspira sus investigaciones: como el ente, el arte se dice de muchas maneras. De aquí el esquema del libro, cada uno de los cuatro capítulos que lo componen, corresponde al análisis de los diferentes sentidos del arte a la luz de los sentidos del ser. Se conjura así la unilateralidad que, en ocasiones, ha entorpecido la lectura de la filosofía aristotélica del arte. La adopción de esta metodología da lugar a un vertebrado estudio, en el que se exploran con ojos nuevos, antiguas cuestiones.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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